Encaramado en una colina entre la serranía de Ronda, la Costa del Sol y el Camp de Gibraltar, Casares es uno de los pueblos más bellos de la provincia de Málaga, lo que le valió la declaración de conjunto histórico en 1978 . Los orígenes de Casares se remontan a la época romana, cuando Julio César ordenó su construcción en señal de agradecimiento: se había curado sumergiéndose en las Termas de Hedionda. Sin embargo, el centro del pueblo sólo data de la época árabe.
Entre sus monumentos y yacimientos se encuentran las ruinas de un castillo árabe, la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, del siglo XVII, el convento de Santa Catalina, del siglo XVI, las cuevas de Ballesteros, las de Hedionda y Sima de los Huesos.
Casares, un pueblo de tradiciones y artesanía.
Casares tiene una larga tradición artesanal, lo que lo convierte en un gran lugar para comprar souvenirs hechos con esparto, madera, cerámica y joyería. En cuanto a la gastronomía, no puedes irte sin probar la sopa “Casarena” y el “Conejo del monte”, dos de los platos más típicos del municipio.
Casares es fácil de visitar. En un día se pueden visitar sus principales atractivos turísticos, por lo que es un destino ideal para visitar durante una escapada a la Costa del Sol.
Los baños de la Hedionda, fuente de agua sulfurosa
Los baños de la Hedionda es un manantial natural sulfuroso rodeado de paredes de arcilla. Este singular rincón, patrimonio hidráulico de la ciudad, es uno de los monumentos del macizo de Utrera y de toda la ciudad. Su particularidad como baño sulfuroso y su uso intensivo por el hombre hacen de la plaza un sitio cultural, más allá de su origen histórico. Actualmente, sus aguas son de uso público y la zona está declarada Bien de Interés Cultural.
Las playas de Casares: Playa Ancha y Playa de la Sal
Si el centro de la ciudad está a 7 kilómetros de la playa, parte de Casares también se extiende a lo largo de la costa, donde se construyen la mayoría de las residencias. Casares ofrece hermosas playas naturales